A continuación un breve resumen de la historia, escrita por Rodolfo Walsh.
A las 23.30 del 9 de junio de 1956, la policía de
Para contar las vidas y los últimos pasos de los protagonistas, narrar lo sucedido la noche de los asesinatos y mostrar el expediente judicial que se genera posteriormente, el autor elegirá una forma llana de escritura con un certero equilibrio entre lo novelado y lo testimonial. Se sabrán detalles íntimos: algunos intuidos, otros obsesivamente buscados.
La tensión subirá y el ritmo de la novela irá pasando cada vez más rápido. Utiliza sencillos recursos: datos sutiles para afirmar la veracidad de lo narrado y la investigación en la sensación que, seguramente, tuvieron esos hombres. Así, la matanza será reconstruida, más que nada, con los últimos diálogos y pensamientos de los hombres.
De los que sobreviven, quizá el relato más estremecedor es el que protagoniza Di Chiano. Luego del tiroteo, el hombre ha quedado ileso. Tirado boca abajo en el piso, comprende que están rematando a los caídos y que ahora le toca a él.
“No los ve pero sabe que le apuntan a la nuca. Esperan un movimiento. Tal vez ni eso. Tal vez le tiren lo mismo. Tal vez les extrañe justamente que no se mueva. Tal vez descubran lo que es evidente, que no está herido, que de ninguna parte le brota sangre. Una náusea espantosa le surge del estómago. Alcanza a estrangularla en los labios. Quisiera gritar. Una parte de su cuerpo -las muñecas apoyadas como palancas en el suelo, las rodillas, las puntas de los pies- quisiera escapar enloquecida. Otra -la cabeza, la nuca- le repite: no moverse, no respirar”.
El tiro de gracia nunca llegará y Don Horacio habrá nacido de nuevo. A Livraga le perforan la cara de un balazo, lo tiran herido en la comisaría de San Martín y luego lo pasan a la cárcel de Olmos, donde estará dos meses junto a Giunta, que, previamente, había sido sometido a tortura psicológica. Mucho más tiempo estará Díaz en la misma prisión. Gavino, Benavídez y Julio Troxler (asesinado por
Muy bueno!
ResponderEliminarAbrazo!
Lo que no digo es la emoción que me provoca la lectura de este texto.
ResponderEliminarEspero tengamos un debate iluminado sobre nuestra historia y los valores éticos que la configuran.
Abrazo!